Frank Müller and Anke Schwarz
El equipo editorial de CROLAR – Critical Reviews on Latin American Research – se complace en presentar su cuarto volumen: “Lo Urbano”. Como el título señala, lo urbano y los fenómenos urbanos en y desde América Latina constituyen el foco de esta edición. Ya sea como un lugar de convivencia anónima y de diversidad social (Simmel 1903), o como una esfera de reproducción capitalista y de consumo colectivo (Castells 1974); o enfocándola desde sus imaginarios urbanos (García Canclini 1996) hasta la noción de “ciudades rebeldes” (Harvey 2012), la ciudad ha inspirado una serie de análisis sistemáticos sobre el descontento social, los estrechos vínculos entre el espacio público y la cultura colectiva, así como entre espacio y la acumulación del capital.
En la actualidad, América Latina emerge, no sólo como el
continente más urbanizado, sino que también como la región que
congrega las más llamativas desigualdades sociales. Desde la
década de los sesenta, ha habido un incremento de investigaciones
públicas y privadas sobre estos temas y los gobiernos regionales
han reaccionado mediante la designación de autoridades en el área
de planificación urbana. La larga tradición interdisciplinaria de
estudios urbanos en América Latina se ha centrado, principalmente,
en temas como la (extrema) pobreza, la segregación, la inseguridad
y la violencia. Sin embargo, ha comenzado a emerger recientemente
un cuestionamiento acerca de la especificidad de las ciudades de
América Latina y, con ello, un debate sobre la universalidad de
los procesos de urbanización, sus teorías y metodologías. Por otra
parte, más allá de la imagen distópica y de sus generalizaciones
acerca de la presencia de “slums” periféricos – como una
característica esencial de las principales ciudades del continente
– los estudios urbanos sobre América Latina han accedido cada vez
más al potencial y a la pluralidad de los procesos de urbanización
y de los enfoques para su análisis.
Desde esta perspectiva, la pregunta que fundamenta la sección
central del actual volumen de CROLAR es: Con respecto de “Lo
Urbano” ¿qué se puede aprender y qué se ha aprendido de América
Latina? Sin lugar a dudas, encontramos varios tópicos que se
superponen y líneas de indagaciónen la investigación actual en y
desde América Latina: (1) un interés en la traducibilidad y en la
movilidad de conceptos y métodos y, conectado con esto, una
inclinación por analizar el ámbito de las jerarquías en la
producción de conocimiento, los cuales socavan los intercambios
horizontales globales; (2) un foco persistente en la manera en que
el espacio urbano es apropiado, no sólo materialmente, sino que
también en un nivel simbólico; (3) una apertura hacia el estudio
de las soberanías políticas fragmentadas en la gestión y
distribución de los recursos; (4) nuevos métodos para el análisis
de la segregación urbana; (5) los enfoques críticos prometedores
para el debate de largo alcance sobre la informalidad urbana, y;
(6) cómo la mercantilización de la diversidad cultural y de las
expresiones culturales transforman el espacio de las ciudades de
América.
CROLAR 4 rastrea estos temas, desde Urban Theories Beyond the
West de Tim Edensor y Mark Jayne; hasta la traducción que
realizan Anne Huffschmid y Kathrin Wilder, con respecto de
enfoques y conceptos latinoamericanos, tales como territorios,
espacio público e imaginarios. También se presentan los análisis
de obras, como Utopías urbanas. Geopolíticas del deseo en
América Latina, de Gisela Heffes; o la antología Lateinamerikanische
Städte im Wandel, de Paola Alfaro d‘Alençon et al., la cual
se centra en la cuestión de la geografía de la producción de
conocimiento.
La producción del espacio (urbano) es conceptualizada desde diferentes ángulos, en varias publicaciones revisadas en este volumen. Es el caso de la escritura (literal) del espacio en Urban Chroniclers in Modern Latin America, de Vivane Mahieux; o la rigurosa elaboración a través del “policing”, en Public Security in the Negotiated State, de Markus-Michael Müller. También nos encontramos con tópicos, como el arraigo espacial de movimientos urbanos (y rurales) de resistencia social, en Territorien des Widerstands, de Raúl Zibechi. Por otro lado, utilizando como ejemplo una universidad pública en Río de Janeiro, André Cicalo, en Urban Encounters, examina cómo la diferenciación a través de categorías como la “raza”, está inscrito en y reproducido a través (d)el espacio urbano – y cómo éste puede ser alterado por la acción afirmativa. Artemio Pedro Abba et al., con Horacio Torres y los mapas sociales, presenta la obra de uno de los pensadores urbanos claves sobre la estructuración socio-espacial de Buenos Aires y su conceptualización teórica acerca del espacio urbano.
Sin lugar a dudas, la fragmentación urbana, la segregación
residencial y la diferenciación socio-espacial, son temas
„clásicos“ en los estudios urbanos en y desde América Latina. El
estado actual de la investigación es representada en
recopilaciones editadas por Emilio Pradilla Cobos, Thomas Maloutas
y Kuniko Fujita, y por el estudio focalizado en São Paulo, de
Eduardo Cesar Leão Marques. Desde una perspectiva más general, Desarrollo
urbano y regional [Series: Los grandes problemas de
México], de Gustavo Garza y Martha Schteingart, compila una serie
de estudios sobre losprocesos contemporáneos de desarrollo inter-
e intra-urbanos.
La informalidad urbana – un concepto de “nacido” en Kenia y que viajó a través del Sur y del Norte urbano, retornando a América Latina – ha sido, durante más de cuatro décadas, una gran preocupación para las autoridades de planificación y para los y las investigadores/as. Las publicaciones de Felipe Hernández et al. y de Janice Perlman son re-lecturas acerca de la informalidad urbana en América Latina, ampliando el alcance del concepto, desde su estrecho vínculo con la marginalidad, hasta los ámbitos del empoderamiento y de las explicaciones post-estructurales. Parcialmente vinculado con estos debates, la antología Urban Prayers, de metroZones, se centra en la relación – rara vez estudiada – entre política, religión y espacio urbano, abarcando los movimientos urbanos religiosos en las periferias de ciudades latinoamericanas, africanas, asiáticas y europeas.
La manera en que la diversidad cultural y la etnicidad operan en
la política urbana, en las políticas de regeneración y en los
imaginarios, constituyen los tópicos centrales de la obra Selling
EthniCity editado por Olaf Kaltmeier, así como de The
Mayan in the Mall, de John T. Way. En ellas son analizadas
la mercantilización de las expresiones culturales, así como la
esencialización estratégica de la etnicidad, desplegado por los
movimientos de resistencia con relación al desplazamiento urbano.
Culture Works, de Arlene Dávila, discute ampliamente el
concepto de “neoliberalismo”. A pesar de las dificultades
asociadas a un uso analítico excesivo e impreciso del término, la
autora demuestra con éxito su utilidad en la crítica de los
efectos desiguales de las políticas culturales y urbanas,
reconfiguradas por lógicas económicas neoliberales. Con base a
efectos desiguales similares, una revisión general de las tres
publicaciones de Rebecca E. Biron, Richard Young y Amanda Holmes;
y Helmut Anheier y Yudhishthir Raj Isar, nos introduce en los
vínculos entre el arte, la cultura y lo urbano en América Latina.
Anne Huffschmid dedica la Sección Clásicos Re-visitados al
concepto homónimo de “Lo Urbano”, derivado de la obra de Manuel
Delgado. En su conceptualización de la Antropología de Calle, lo
urbano es definido a través de acciones públicas, como “ciudad en
práctica” – concepto que no debe confundirse con la noción de “la
ciudad”. Delgado propone un conjunto de determinados métodos
empíricos para comprender estas prácticas urbanas: en primer lugar
y de manera primordial, a través de la observación directa. Al
igual que en la tradición lefebvriana, el espacio urbano es
producido, en consecuencia, a través de su uso y de su
apropiación. La lectura de Delgado, acerca del Derecho a la Ciudad
como un Derecho a la Indiferencia – ser tratado como alguien
común, como idéntico, como igual – parece más bien algo
refrescante en un mundo de políticas de identidad, a modo de
reminiscencia de la noción de la “actitud blassé” de
Simmel.
Con una revisión de La Chispa, de Pedro Moctezuma, la
Sección Intervenciones está dedicada a un reporte acerca
de la “ciudad como práctica”. Este activista de base e
investigador proporciona una visión más detallada acerca de la
oleada y de los logros del Movimiento Urbano Popular de la Ciudad
de México, durante las últimas tres décadas. Haciendo un recuento
de las experiencias locales, prácticas y estrategias de activismo
político y de organización, este libro es menos un manual práctico
para los movimientos sociales, pero muy recomendable para todos
aquellos que son susceptibles a esa chispa que inspira la
confianza en la lucha social.
En la Sección Debates Actuales, la presente edición de
CROLAR reúne tres publicaciones, las cuales realizan importantes
contribuciones a sus respectivos campos, aunque no están
directamente vinculadas a lo urbano. Con base a los ejemplos de
Ecuador y Perú, Mobilizing Ethnic Identity in the Andes,
de Lisa M. Glidden, plantea cómo la construcción de las
identidades étnicas es utilizada como una estrategia de
representación colectiva, dentro y más allá de las restricciones
nacionales. En otra contribución a la ciencia política, Boundary
Control, de Edward Gibson, provee de un análisis histórico
comparativo acerca de cómo los regímenes autocráticos
subnacionales operan dentro de los estados federales en las
Américas. La producción literaria en la post-dictadura Argentina –
la llamada „Nueva Narrativa Argentina“ – es el foco de Los
prisioneros de la torre, obra de Elsa Drucaroff que fue
ampliamente recibida. El libro constituye una visión general y
crítica respecto de la joven literatura argentina, pero también se
erige como una declaración política sobre el rol de la literatura,
de los escritores y de los críticos, en los procesos de cambio
social.
En definitiva, las antologías y monografías comentadas en CROLAR 4
contribuyen a un amplio campo de producción de conocimiento, no
sólo de índole transdisciplinario, sino que también de carácter
transnacional. Un análisis de “Lo Urbano”, en particular, no puede
reducirse a las ciudades de América Latina. Más allá del
esencialismo geográfico de una especificidad “latinoamericana”,
las contribuciones a esta edición ofrecen una perspectiva crítica
sobre los procesos relacionados en las ciudades de todo el
continente americano y del sur urbano. De esta manera, las
contribuciones se esfuerzan por superar las jerarquías de
producción de conocimiento. Como lo demuestra la presente edición,
la diversa producción de “Lo Urbano” – ya sea a través de
prácticas cotidianas, crónicas, políticas o formas de resistencia
social – proporciona un punto focal para muchas de estas obras.
En tal sentido, los estudios urbanos tienen la posibilidad de
trascender los límites de los estudios de área (area studies),
para enfocarse en los procesos sociales, políticos y económicos
que producen y conectan los espacios (urbanos) en todo el mundo.
Esperamos con ello inspirar aquellos nuevos intentos dirigidos a
reubicar y a traducir los conceptos y métodos, entre y dentro de
las diversas regiones geográficas.
Deseamos a todos y todas ustedes una lectura agradable e
inspiradora.