Alicia Gaspar
de Alba & Georgina Guzmán (eds.):
Making a
Killing: Femicide, Free Trade and La Frontera
Austin: University of Texas Press, 2010, 314
p.
Rosa-Linda
Fregoso & Cynthia Bejarano (eds.):
Terrorizing
Women: Feminicide in The Americas
Durham y Londres:
Duke University Press, 2010, 382 p.
Jennifer Chan | jehnchan@zedat.fu-berlin.de
♦ El tema del feminicidio en Latinoamérica llamó la
atención internacional con el caso tristemente célebre de los brutales
asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez que comenzaron a finales de los ochenta,
pero alcanzaron un punto álgido de promoción en los primeros años del nuevo
milenio. Esta crítica aborda dos compilaciones publicadas en 2010 que se ocupan
del tema.
Making a Killing: Femicide, Free Trade and La
Frontera (2010) es editado por Alicia Gaspar de Alba y
Georgina Guzmán. Gaspar de Alba es profesora de estudios chicanos en la
Universidad de California - Los Ángeles y conocida por su obra literaria de
ficción. Guzmán, por su parte, es candidata a doctora en Inglés en la
Universidad de California, Los Ángeles. El libro es una compilación de las
ponencias presentadas durante la conferencia “Maquiladora Murders, Or, Who is Killing the Women of Juárez?” organizada
por Gaspar de Alba en 2003, mientras fungía como directora asociada del UCLA
Chicano Studies Research Center. Esta es acaso una de las críticas que puede
hacérsele no sólo a este, sino a ambos volúmenes, el hecho de que muchos de los
artículos que los componen datan de años anteriores y no tratan con el estado
actual de la cuestión. Sin embargo, resultan imprescindibles como antecedentes
y sus herramientas metodológicas y teóricas permanecen vigentes. Making a Killing (...) abre con una
introducción de Gaspar de Alba que contextualiza los feminicidios de Ciudad
Juárez y resume lo que a estas alturas es conocimiento común: el número de
víctimas hasta 2008 (situado en más de 500), la brutalidad de los asesinatos,
la implicación del gobierno mediante su no-acción y las lagunas en el sistema penal,
el activismo político y cultural resultante, además del nacimiento de su propia
inquietud por el tema que la llevó a escribir la novela Dessert Blood, The
Juarez Murders (2007). Toda
vez que la compiladora resume lo que se sabe del fenómeno, aclara la verdadera
razón de ser de la edición del libro: plantear interrogantes y examinar las
circunstancias que llevaron a las mujeres a ser invisibles en vida hasta el
momento en que sus huesos aparecieron en el desierto.
Así, más que
concentrarse en los detalles de los asesinatos y esbozar teorías acerca de los
posibles perpetradores, como otras obras de periodismo investigativo han hecho
de forma tan arriesgada como desgarradora (Washington Valdez, 2005; González
Rodríguez, 2006), el libro se preocupa por mostrar la violencia estructural y
sus efectos en las relaciones de género en Ciudad Juárez.
El libro está
dividido en tres partes e incluye artículos de académicas que se ocupan de la
región fronteriza entre Estados Unidos y México: la primera parte “Interventions” aborda el fenómeno de los
feminicidios desde las perspectivas clave de la socio-economía de la frontera y
la influencia de NAFTA, las maquiladoras y las ideologías prevalecientes en la
zona. La segunda parte “¡Ni Una Más!” ofrece un panorama del activismo
relacionado con los feminicidios de Ciudad Juárez. Se abordan los esfuerzos
binacionales y la necesidad de incrementarlos; la manipulación del activismo
regional y sus actores por parte del Estado que ha llevado a escisiones entre
grupos; la apropiación de la causa por la esfera política; la relación entre
maternidad y legitimización; además de la contextualización del estado actual
del activismo en la región, en comparación con otros movimientos sociales de
Latinoamérica. La tercera parte es titulada “Testimonios” y expone las
impresiones de una psicóloga forense, familiares de las víctimas y el artista
chicano Rigo Maldonado.
Una de las
principales aportaciones del libro que, sin embargo, ha encontrado poca
resonancia en la literatura académica posterior, es el epílogo escrito por Jane
Caputi, en el que propone retomar el término Gynocide -acuñado por vez primera
en los setentas- para nombrar la violencia contra las mujeres que se ha
manifestado en Ciudad Juárez. Con una explicación que abreva tanto en sus
propias teorías del feminicidio como en la mitología prehispánica -toma el mito
de la Coyolxauqui, figura que ha sido ampliamente estudiada y apropiada por las
académicas y escritoras chicanas y que por tanto queda como anillo al dedo en
el contexto de esta complicación- Caputi define Gynocide así:
’The aim of
gynocide is not to destroy all women, but to destroy women as a spiritual,
political and cultural force and to obliterate women’s group identity, with a
shared history, responsibility, consciousness, and sense of values and purpose’
(280).
Si Making a
Killing (…) se concentra sólo en Ciudad Juárez y la situación única de la
frontera Norte de México, Terrorizing Women: Feminicide in the Americas (2010)
busca crear una cartografía amplia de la violencia feminicida a nivel de
Latinoamérica con aportaciones de académicas provenientes de diversas esquinas
del continente.
El libro es editado por Rosa-Linda Fregoso y
Cynthia Bejarano. La primera es profesora de Estudios Latinos y
Latinoamericanos en la Universidad de California, Santa Cruz y la segunda,
profesora asociada de Justicia Criminal en la Universidad de New Mexico. El
libro abre con un prefacio de Marcela Lagarde y de los Ríos -profesora de
antropología y sociología en la UNAM y ex Presidente de la Comisión Especial
para Conocer y Dar Seguimiento a las Investigaciones Relacionadas con los
Feminicidios en la República Mexicana y la Procuración de Justicia Vinculada-
donde apunta sus conceptos claves para construir el término feminicidio en sus dimensiones teóricas,
políticas y legales. A continuación, una introducción de Fregoso y Bejarano
profundiza más en la terminología y el debate sobre los alcances y aportaciones
del término feminicide, la violencia de género, los derechos humanos y
la necesidad de un acercamiento interdisciplinario al fenómeno.
El volumen está dividido en tres partes: la
primera titulada “Localizing feminicide”
brinda diferentes contextos de feminicidio en Latinoamérica unidos por el hilo
de patrones de violencia estructural comunes en diferentes puntos geográficos.
En esta primera parte se abordan la relación entre el capitalismo neoliberal y
el aumento en la violencia de género en su forma estructural (Olivera: 49) y
los efectos de esta relación en la creación de cuerpos de mujeres que resultan
“fetichized commodities”, es decir,
que pueden ser abusados y descartados de forma violenta (Monárrez Fragoso: 59).
Que esta violencia representa un mensaje que se inscribe en cuerpos de mujeres
pero va dirigido a otros hombres es la teoría de Rita Laura Segato (70). Pero
no sólo de Juárez trata esta primera parte. Guatemala, Costa Rica y Argentina
están también representados en artículos que contextualizan la relación de la
herencia que la violencia militar dejó y la impunidad histórica con la
violencia de género, así como el involucramiento de actores estatales y el
crimen organizado en el aumento de asesinatos de mujeres.
La segunda parte, “Transnationalizing Justice”, reflexiona acerca de la necesidad de
pensar en nuevas rutas legales que trasciendan la nación estado y formas de
remediar las injusticias que puedan ser más viables para las diferentes
comunidades. En esta parte se explora la necesidad de reestructurar el discurso
de los derechos humanos para acomodar la influencia económica y política del
crimen organizado (Domínguez-Ruvalcaba y Ravelo Blancas: 182), la necesidad de
teorizar los feminicidios enfocándolos en un marco de análisis que considere la
economía política (Weissman: 225) y la de incorporar a actores no estatales e
individuos de la comunidad en la creación de soluciones (Iturralde: 243).
La tercera parte hace un recuento de prácticas
y estrategias que diversos actores han utilizado para enfrentar al feminicidio
y que propone diferentes modelos de organización civil en pos de un cambio
duradero.
El debate que tanto une como separa ambas obras
gira alrededor de la utilización de los términos femicidio, feminicidio, femicide y feminicide. Se trata aquí de una discusión académica y política que
se inició en los ochentas con la introducción de femicide por Russel y Russel (1990) para designar un tipo de
violencia dirigida a las mujeres por el hecho de ser mujeres. En Latinoamérica,
Marcela Lagarde y de los Ríos lo tradujo e introdujo a la arena académica como
feminicidio y pronto el término se convirtió en estandarte de los asesinatos de
Ciudad Juárez. En una de las partes más relevantes del volumen para este
debate, las autoras de Terrorizing Women (…) formulan una propuesta de
utilizar en inglés feminicide como una forma de representar la
transmisión de saberes de Sur a Norte rompiendo con la unilateralidad del flujo
de conocimientos y como forma de poner de manifiesto las circunstancias únicas
de Latinoamérica en cuestiones de violencia de género y darles un nicho propio
en la discusión. Así, las autoras parten del término de Russell, pero lo
extienden y entienden por feminicide los asesinatos de mujeres con base
en una estructura de poder de género, violencia que es tanto pública como
privada y que involucra tanto a actores individuales como estatales. Feminicide
incluye violencia sistemática, extendida y cotidiana, violencia contra las
mujeres que tiene sus raíces en desigualdades sociales, políticas, económicas y
culturales. Las autoras dejan claro que de los conceptos de Lagarde retoman
únicamente la idea de formular al feminicidio como “crimen en contra de la
humanidad”, pues como se observa a lo largo del volumen la propuesta de Lagarde
de incluir el factor de impunidad y participación del Estado de forma inmanente
en el término feminicidio resulta problemática (Fregoso y Bejarano: 8). Como se
afirma en la introducción del libro, se trata aquí de términos en construcción
y ambos libros dejan claro que están lejos de tener una definición final,
optando en vez por dar voz a las diferentes opiniones y propuestas que
representan las principales posturas en un debate que está lejos de terminar.
Al final, ambas obras brindan aportes teóricos y
metodológicos valiosos y constituyen lecturas inescapables para académicas y
académicos que se interesan por el tema de la violencia de género en
Latinoamérica, pues compilan los artículos claves del debate de los últimos
años desde la interdisciplinariedad. Lo que podría ser considerado como una
desventaja en ambas obras, la falta de unanimidad en la terminología, es más un
reflejo del estado actual del debate en los diferentes puntos geográficos de la
región y que sirve para arrojar luz y hacer al lector preguntarse más acerca de
la relación entre las situaciones políticas y sociales diversas en
Latinoamérica y su relación con la violencia de género. Desde este punto de
vista, la publicación de ambos volúmenes representa un paso loable que plantea
tantas interrogantes, como también resuelve y contribuye a la reflexión,
abriendo nuevas líneas de investigación.♦
Bibliografia:
Caputi, J. y Russell, D. (1992) Femicide: The politics of Woman Killing.
Nueva York: Twayne Publishers.
Gaspar de Alba, A. (2007): Dessert Blood: The Juarez Murders. California: Ed. Arte Público.
González Rodríguez, S. (2006): Huesos en el desierto. Barcelona:
Editorial Anagrama.
Washington Valdez, D. (2005): Cosecha de mujeres: safari en el desierto
mexicano (1era ed.). México D.F.: Océano.