Ilan Stavans &
Iván Jaksic:
What Is
La Hispanidad?: A Conversation
Austin TX: University of Texas Press, 2011, 140 p.
Candela Marini | candela.marini@gmail.com
♦ La cubierta del
libro llama la atención hacia la dimensión de la palabra que promete explorar:
una suerte de sol con rayos multicolores que invaden la tapa (en lo que me hizo
recordar a un libro religioso que había en casa) y en la contratapa la leyenda:
“Everyword is a box of resonances. Open it up and you’ll be dazzled by its
echoes”.
El libro se presenta como una conversación entre dos
distinguidos intelectuales. Por un lado, el historiador Iván Jaksic (IJ),
profesor en la Pontificia Universidad Católica de Chile y director del Stanford
University Program en Santiago de Chile. Especializado en la historia
intelectual, su obra más destacada se titula Andrés Bello. La Pasión por el Orden (2001). Al otro lado de la
mesa encontramos al crítico cultural Ilan Stavans (IS), cuya multifacética
carrera en Estados Unidos despierta constantes elogios, desde el “zar de la
literatura latina en los Estados Unidos” (New York Times) hasta “nuestro
moderno Antonio de Nebrija” (diario español ABC), tal como comenta Jaksic en el
libro que nos concierne. Su obra es vasta y prolífica: editor de numerosas
colecciones (entre ellas The Ilan Stavans
Library of Latino Civilization), autor de ficción, de libros ensayísticos
como La Condición Hispánica (1995) y
con una autobiografía ya bajo el brazo, participa también de programas
televisivos y es profesor en el Amherst College (Massachusetts).
El objetivo del libro es investigar los parámetros de
la civilización hispana: “I presume our dialoge will be descriptive rather tan
prescriptive. In other words, my idea is that the two of us engage in a
discussion with the hopes of mapping out this rather elusive field, as it has
evolved historically.” (IS, 1) Efectivamente, el libro, que se divide en 6
capítulos y un epílogo, se embarca en un viaje cuyo mapa es difícil de trazar.
Desde el capítulo Casticismo and Empire
se marca ya un ritmo ambicioso. Los autores comienzan con una discusión en
torno al casticismo y la importancia del Cid, pasan luego a la España imperial,
Nebrija y Cervantes, cruzan el charco hacia Bolívar, las independencias de las
ex colonias, la constitución de los estados-nación, para finalizar la primera
ronda con una charla en torno a los modernistas, su visión de Estados Unidos y
de España.
En Spreading the
Yanquee Gospel suben a los Estados Unidos. Allí estudian algunas de las
miradas que los intelectuales del siglo XIX desarrollaron en torno al resto del
continente, del que buscaban marcadamente diferenciarse. Estas páginas resultan
unas de las más ricas de la obra, puesto que es un campo que no recibe tanto
estudio como debería, sobre todo cuando los autores aseguran que “Exceptions
not with standing, the view of Latin
Americacontinues to be that of the nineteenth century” (IJ, 67). Pero lo
cierto es que la discusión no alcanza la profundidad que podríamos esperar a
sabiendas de que Jaksic ya ha trabajado el tema en su Ven conmigo a la España lejana: Los intelectuales norteamericanos ante
el mundo hispano, 1820-1880 (2007).
En el capítulo denominado An intelectual mirage los autores debaten en torno a las distintas
visiones del mundo hispano de algunos de los escritores e intelectuales
latinoamericanos más destacados del siglo XX: Jorge Luis Borges, Octavio Paz,
Pablo Neruda y Pedro Henríquez Ureña entre otros. Es aquí, sin embargo, cuando
tratan más directamente la pregunta que verdaderamente recorre el libro: ¿cuál
es la relación de los intelectuales con la sociedad? ¿Qué beneficios y cambios
puede ofrecer el estudio académico al resto de la sociedad? La cuestión aparece
una y otra vez en diferentes contextos, y en este capítulo toma preminencia:
“IS: (…) Activism is a tool
for change. Scholarship, I’m convinced, is another one (…) Knowledge is change.
To know is to engage the world, to transform it. I respect enormously a scholar
like you who spend years delving into a topic in order to understand what it
means. The outcome will make people see things differently. But I also support
a proactive scholarship in which the researcher gets his hands dirty in the
present. (…) The purpose is to engage the public in a dialogue, to disseminate
knowledge. In my opinion, that’s activist scholarship. That opinion, I suspect,
might be traced to my student years in Mexico.
“IJ: We are a product of our
environment.
“IS: Were you involved in
student politics?” (85)
La cita permite apreciar la dinámica del libro, donde
las preguntas más diversas son llevadas al plano personal. En efecto, las
anécdotas (personales o ajenas) marcan el ritmo de las conversaciones, por
momentos definiendo más el contenido del libro que el debate académico.
En el siguiente capítulo debaten en torno a la
importancia del idioma en la construcción de una identidad, de una manera
bastante categórica: “Spanish, in its multiple vicisitudes, contains in itself
the DNA of Hispanic Civilization.” (IS, 89). De ahí que no sorprenda la
discusión en torno a Nebrija y la importancia (o no) de los diccionarios y
gramáticas. Más interesantes resultan las preguntas sobre los cambios del
español en Estados Unidos, donde “Spanish, as a language, is perceived as
having no history. It’s seen as a kitchen language, spoken by ilegal, and thus
illeterate, workers, as well as women and children with no culture. It has no
panache whatsoever!” (IS, 97). Este polémico comentario es, como tantos otros,
lamentablemente no desarrollado, prefiriendo, otra vez, pasar a la anécdota:
“What’s your own experience hearing different types of Spanish in the United
States?” (IS, 97). Luego se discute un poco los efectos del Spanglish, tema
sobre el cual Slavans ha escrito Spanglish:
The Making of a New American Language (2004).
El último capítulo gira en torno a la cultura pop:
fútbol, telenovelas, música y carnaval. De nuevo aquí encontramos comentarios
problemáticos (“Latin America can’t take
crédito for inventing new artistic genres –other than the telenovela”. IS, 111), cuyo
desarrollo conviene buscar en los artículos de la colección que el crítico
mexicano dirige.
Finalmente, el epílogo juega como una suerte de
evasiva: la hispanidad es un concepto demasiado difuso como para poder ser
definido. Lo importante es preguntar, aun cuando no se llegue a respuestas
concretas. En definitiva, la respuesta no hace falta porque, aparentemente, ya
la sabemos: “Given the question around which our discussion has rotated –What
is la hispanidad?- it seems to me that while this is a concept that might be
difficult to define, people, particularly those inside Hispanic civilization,
know exactly what it is” (IJ, 121).
Tal vez este libro sea un intento de diálogo más allá
del círculo académico. El estilo es accesible, el formato de diálogo lo vuelve
más fluido y la inclusión de perspectivas y experiencias personales podría
ayudar al lector no especializado a adentrarse en esta temática. Sin embargo,
el resultado de transcribir una conversación realizada a base de encuentros
fugaces, llamadas telefónicas e intercambios de emails es bastante
desalentador, por momentos no más que un catálogo de nombres y conceptos. El
campo que los autores se propusieron analizar es sumamente amplio y, sin
límites prestablecidos, la lista de temas ignorados es abundante: sea el peso
del fenómeno de la inmigración (cuya importancia queda clara en sus
experiencias personales, pero que no distinguen como tema de debate), la
convivencia de diferentes pueblos y culturas (sólo breves alusiones al
movimiento indigenista y al chicanismo) o las miradas desde y hacia Europa,
entre tantos otros. La pregunta queda igual de abierta. ♦