La
continua intervención de Stuart Hall. Presentación del documental The Stuart
Hall Project (John Akomfrah, 2013)
Reino Unido,
103 min. Documental
Presentado
por María J. Yaksic
Universidad
Adolfo Ibáñez
Pocos años
han trascurrido desde la muerte de Stuart Hall en 2014, y los esfuerzos por
reconstruir su legado proliferan. Usualmente, hacer justicia a una obra, rendir
homenajes, suele consistir en un ejercicio intelectual y político que impulsa a
extender –incluso forzar– líneas de sentido que esbocen continuidades entre el
pasado y el futuro. En el caso de Hall, dicho ejercicio se convierte, de algún
modo, en una paradoja, porque volver a Hall es retomar las hebras de una
trayectoria cuyo impacto logra valorarse en sus discontinuidades. Jamaiquino de
nacimiento y caribeño diaspórico por afiliación, Hall anuda en su biografía las
intrincadas tramas de experiencias y desplazamientos propios de la temporalidad
colonial inglesa de mediados del siglo XX. Es parte de aquella generación de
jóvenes que migraron desde el Caribe hacia Inglaterra para trabajar, estudiar y
crear en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. Una generación que
constituyó un movimiento migratorio alterno por el Atlántico –inverso al que
siglos antes había transitado el barco negrero por las rutas del comercio
triangular–, que transformaría el panorama cultural de ese entonces.
En 1951, se
traslada de Kingston a Londres para estudiar en la Universidad de Oxford. A los
pocos años funda la New Left Review, y posteriormente integra el Centre
for Contemporary Cultural Studies (CCCS) de Birmingham y la Open University. De
cierto modo, la biografía de Hall constituye un cimarronaje intelectual
–similar a lo que René Despetre habría advertido en muchas de las figuras más
contundentes que ha entregado el Caribe–, más de medio siglo de un pensamiento
a contrapelo, precisamente, para instalar una voz que se rehusó al
monolinguismo colonial y circuló por todos los medios que tuvo a su alcance. Hall
desarrolla en el llamado centro metropolitano un particular pensamiento situado,
que exhibe las huellas de la historia del Caribe –indispensables, según él,
para comprender las configuraciones globales contemporáneas–, epicentro de
permanentes confluencias culturales que resuenan más allá de sus fronteras geopolíticas.
La continua
intervención en la vida política de su tiempo fue uno de sus rasgos más
destacados. Una intervención que interceptó la política de tradición marxista
de ese entonces, así como también la teoría crítica y los incipientes estudios
culturales. Y es que la llegada de Hall a Inglaterra coincidió con el rearme de
la izquierda internacional, y con una izquierda emergente o “nueva izquierda”
que se interrogaba sobre qué hacer en un contexto donde las respuestas existentes
anunciaban su desplome. En esa década ocurre el XX Congreso del Partido
Comunista de la Unión Soviética (1956) y las malas noticias que provenían de la
desclasificación de los archivos del estalinismo, junto con la invasión de Hungría,
constituyeron el parteaguas de su proyecto. Reaparece entonces el fantasma de
una revolución que nunca llegó al centro de Europa, al igual que unas décadas
antes había aparecido en las reflexiones de Gramsci y en el campo intelectual
que Perry Anderson –otro editor de New Left Review– denominó Marxismo
Occidental. Las crisis y reajustes que se desarrollan en esta coyuntura son decisivas
la hora de observar los giros del marxismo en larga duración, pero también sus
fracturas y desplazamientos, que Hall, por cierto, se propuso comprender.
El amplio
espectro de transformaciones en la historia del siglo XX, entramadas en su
biografía y su particular modo de enfrentar el quehacer intelectual, es
lo que John Akomfrah se propone reconstruir en “The Stuart Hall Proyect”;
documental que vio la luz pocos meses antes de su muerte. Esta pieza constituye
un gesto temprano por reconstruir el inmenso legado del intelectual jamaiquino.
El desafío no es menor si consideramos que su obra es contextual y dispersa. No
escribió un volumen que comprendiese su teoría general de la cultura, como sí
lo hicieron otros de sus pares de Birmingham, por ejemplo, Raymond Williams.
Pero el esfuerzo de Akomfrah va más allá de reconstruir una vida detrás de las
páginas escritas. De algún modo, comprende la obra y legado de Hall como un
corpus de acciones que integra todas las esferas en las que intervino en tanto
intelectual público. De allí que, a lo largo del documental, aparezca un Hall multifacético,
que persigue la huella de una “contingencia” y la “particularidad” constante,
esa que impide “traducir un juicio particular a todos los casos” (1:17:16 min)
históricos, a todos los contextos.
Me parece
acertado el modo en que el documental huye de los inevitables ribetes de
hagiografía que muchas veces trae consigo este género. El montaje es
esencialmente dinámico a la hora de mostrar los elementos estables y de cambio
en la vida Hall, y se sostiene en dos andamios para lograrlo. Por un lado, la
cuidada selección de un repertorio de piezas de Miles Davis que acompañan todo
el montaje; y, por otro, la extensión de un diálogo sumamente halliano,
en que el autor jamaiquino transita con soltura entre sus experiencias y los
contextos que las envuelven. Es un diálogo arraigado en aquella, como diría él
mismo, inevitable negociación entre las “nociones de nosotros mismos, nuestros
significados culturales y los valores que nos permiten vivir, que no son
traducibles de uno a otro” (59:18 min).
La
disposición del documental se encuentra en sintonía con lo que el mismo Hall
pensaba de la identidad y de los sentidos posibles de una historia de vida: no
existe una voz en off, todo aparece “en voz propia”, en primera persona.
Me parece que este gesto se encuentra lejos de reforzar un culto a la
personalidad; más bien, consiste en un modo interno de traducir cómo Hall
comprendía esa permanente conversación entre el “yo” y el conjunto de
ideologías políticas disponibles en una época dada. Para ello, el montaje echa
mano a un valioso material de archivo que recorre su participación en la radio
y la televisión, donde particularmente destacan los fragmentos de Redemption
Song, serie de siete episodios sobre la historia del Caribe que realizó en
la década de los noventa para la BBC (material actualmente disponible en
Youtube).
Sobre esos
andamios, el documental presenta doce secciones temáticas, ancladas en las
coyunturas históricas y políticas en las que su protagonista se vio inserto.
Dichas secciones van desde un Caribe inglés colonial a uno postcolonial (“From
Colony to Post-Colony”) hasta el despliegue global del neoliberalismo (“The
Neo-Liberal Problema Space”). Doce secciones que sitúan periodos de la vida
intelectual de Hall a partir de problemas que exponen un pensamiento surgido
desde los contextos de crisis. De algún modo, el leitmotiv de toda la
pieza documental es aquel “principio” –si se quiere– que Hall desarrolló en su
obra en torno a las fracturas significativas, es decir, el reconocimiento de un
ritmo histórico cuyos puntos de llegada no están garantizados a priori,
sino en la posibilidad misma de ser repensados. De allí que toda historia,
vista en su larga duración, implique para él un reconocimiento de los quiebres
y las discontinuidades: “Pienso en lo nuevo, no como rompiendo completamente
con el pasado, siempre como elementos reconfigurados del pasado con algunos
elementos nuevos. Cada vez que viene, si requiere un cambio de perspectiva”
(1:18:09 min). Son esos cambios que, a su decir, modifican la naturaleza de las
interrogantes para proporcionar al pensamiento “no una garantía de
‘corrección’, sino sus orientaciones fundamentales, sus condiciones de
existencia” (Hall, 2013, p. 33).
Me parece
que, con ello, el documental ofrece uno de los puntos medulares del legado de
Hall, al tiempo que deja una serie de aperturas (sin garantía) en torno a los
debates más auspiciosos que su trayectoria intelectual instala para nuestro
presente. En primer lugar, cómo su modo de intervenir en el marxismo y la
teoría crítica de su tiempo todavía sigue siendo un debate sobre el cual
volver, especialmente en cuanto a las nociones de sujeto y experiencia,
nociones que lo confrontan con E. P. Thompson y Raymond Williams. Es decir,
cómo revisitar dichas tradiciones críticas con el fin de repensar las matrices
conceptuales para desarrollar una teoría desde abajo, una historia desde abajo,
sensible a los problemas del tiempo presente. Por ejemplo, si es posible pensar
las “estructuras de sentimiento” o anticipar una crisis de hegemonía (es decir,
anticipar un cambio social) desde la contingencia y la particularidad de los
procesos. Cómo volver, desde Hall, pero más a allá de Hall, a trazar mapas que
permitan comprender lo global y las posibilidades de intervenir políticamente sin
la estrechez de las condiciones específicas de lo local, y resguardando que “no
se puede traducir un juicio particular para todos los casos” (1:17:44 min.). Y
en el caso de América Latina, cómo abordar, por ejemplo, la restauración
conservadora y el retroceso de los llamados proyectos progresistas no solamente
desde la derrota sino con una perspectiva de futuro, que lee críticamente las
restricciones del marxismo (o socialismo) del siglo XXI desde los viejos y
nuevos problemas.
En segundo
lugar, cómo es posible desde Hall pensar el rol de las identidades y los
esencialismos estratégicos contemporáneos, cuando sabemos hoy que las
identidades son indudablemente necesarias para las disputas políticas, pero
también tan fácilmente absorbibles por el multiculturalismo neoliberal – incluso
en un momento político regional en que las identidades nacionales y republicanas
se hayan al pleno servicio del conservadurismo y el racismo–. Resulta de este
modo fundamental enfrentar ciertas identidades esencialistas con aquellas otras
que surgen de un reconocimiento de la subalternización que producen las jerarquías
sociales de género, raza y clase, aquellas posiciones de identificación que hoy
representan una primera línea en el despliegue de los diversos modos de violencia
y despojo que convienen en el continente.
Pero también,
en tercer lugar, aparece la pregunta sobre cómo el ingreso de nuevas
identidades y perspectivas teóricas reconfiguran los horizontes de lo político.
En el documental, merece especial atención el quiebre que el feminismo produce
a partir de los años setenta (“The Winds of Feminism”), un desplazamiento
radical de los antiguos debates y problemas predominantemente de clase y
masculinos. Recuerda Hall que en el CCCS dicha ruptura podía verse en el giro
de las preocupaciones que no solo instalaban, sino que demandaban, las
investigadoras a ese “club de chicos”: “No me hables de Thompson o Williams, deja
que hable del matrimonio como esclavitud” (1:13:37min.). Dicha fractura no solo
se desarrolló en los espacios de producción de conocimiento, más bien
constituyó para Hall un aprendizaje epistemológico: “el feminismo me enseñó la
diferencia entre una convicción en la cabeza y un cambio en el modo de vivir” (1:14:30
min.).
La remoción
que Hall produce en el pensamiento contemporáneo seguirá extendiendo su huella.
Su insistencia en buscar caminos alternativos para leer y comprender “todas las
energías vitales de la vida contemporánea” constituye, probablemente, uno de
los mayores desafíos que instala. Akomfrah lo intuye. Por eso deja para al
final de su documental, y un poco a la suerte del espectador, aquella
actualización que Hall hiciera de un legado anterior, el de Antonio Gramsci. ¿Qué
significa, entonces, un quehacer intelectual que simultáneamente sea “un pesimismo
del intelecto” y “un optimismo de la voluntad”? Responde Hall: “eso significa,
pensamiento duro, trabajo duro, reconocer cómo es el mundo, reconocer la forma
en que el terreno se pone contra ti, y luego, recordando la franqueza de la historia,
ver si se puede intervenir” (1:31:54 min). Quizás sea en esa intervención continua
donde radique la fuerza de su legado.
Bibliografía
Anderson,
Perry (1979). Consideraciones sobre el marxismo occidental. Ciudad de
México: Siglo Veintiuno editores.
BBC (1991).
Redemption Songs. 7 capítulos de 50 minutos c/u. Disponible en
https://www.youtube.com/channel/UCsASZ9nMF7UOPLOpx8em4fA
Hall, Stuart
(2013). Sin garantías: Trayectorias y problemáticas de los estudios
culturales, editado por Eduardo Restrepo, Catherine Walsh y Víctor Vich. Popayán:
Instituto de estudios sociales y culturales Pensar, Universidad Javeriana/
Instituto de Estudios Peruanos, Universidad Andina Simón Bolívar (sede Ecuador)
/ Envión Editores.