Poéticas del despojo, políticas del
descontento: de la determinación política a la saturación económica en la
producción estética en América Latina
John Kraniauskas (2017). Capitalism
and Its Discontents: Power and Accumulation in Latin-American Culture.
Cardiff: University of Wales Press, 289 p.
John Kraniauskas (2015). Políticas
culturales. Acumulación, desarrollo y crítica cultural. México: FLACSO, 189
p.
Nelly Richard
(2013). Crítica y Política. Santiago: Palinodia, 271 p.
Tomás
Peters
Universidad
Diego Portales & International Institute for Philosophy and Social Studies
John
Kraniauskas es uno de los representantes más significativos de la primera
generación de ingleses dedicados a investigar, desde los nacientes estudios culturales
británicos en la década de 1960, los procesos políticos, artísticos y sociales de
América Latina. Desde su participación como cofundador de Travesia. Journal
of Latin American Cultural Studies a inicios de 1990 (junto a William Rowe
y Catherine Boyle, entre otros), su trabajo ha girado en torno a la pregunta
por la producción cultural y la experiencia histórica en América Latina desde
diferentes trazos y debates de la teoría marxista (siendo los conceptos de
acumulación, desarrollo y producción, entre otros, insumos claves en esa
línea).
A través de
interpretaciones de obras literarias, fílmicas y estéticas de autores latinoamericanos,
Kraniauskas ha esbozado una línea de trabajo orientada a dilucidar los nudos
actuales del pensamiento crítico-cultural en relación con el poder y lo
político. Su último trabajo, Capitalism and Its Discontents: Power and Accumulation
in Latin-American Culture, sirve como plataforma de análisis para ahondar en
esos puntos. Junto con su anterior libro Políticas culturales. Acumulación,
desarrollo y crítica cultural, publicado a finales del 2015, y el trabajo
de la crítico cultural chilenofrancesa Nelly Richard en Crítica y Política,
es posible establecer algunos apuntes de análisis sobre el actual panorama de
los estudios culturales desde/sobre América Latina.
En Crítica
y Política, Richard ha señalado que, con Kraniauskas y otros, comparte la
“no-renuncia a la teoría como exigencia intelectual” (p. 17) frente al
anti-teoricismo que la sociología o la antropología actual han dado al dato
cultural. En sus páginas destaca que la teoría cultural contemporánea se ha
vuelto una herramienta de trabajo, que, al ser combinada con las metodologías de
análisis, busca ofrecer “soluciones integrales” a problemas históricos. A diferencia
del ensayismo crítico –acusado por ser elitista e inútil para la toma de decisiones–,
estas tendencias han dado paso a un desprestigio general al ejercicio de
teorizar. Crítica y Política se propone, en cambio, resistir a ese
esquema de trabajo y refuerza la tradición crítica Latinoamericana que insiste
en desestabilizar la palabra científica por medio del ensayo crítico. A través
de un formato de entrevista-diálogo entre Richard y la filósofa Alejandra
Castillo y el historiador Miguel Valderrama, el libro se divide en secciones específicas
donde se discuten nociones como: crítica, feminismo, arte y política. Al
hacerlo, cada sección rastrea los fragmentos, lo vagabundo, lo inconexo y lo
residual de nuestro presente, para, desde ahí, ensayar escrituras metafóricas,
interpretaciones experimentales y disidencias discursivas. Con ello, no
renuncia a la teoría como exigencia intelectual, sino que la fortalece y pone
en práctica a través de la escritura.
Kraniauskas
pertenece a esa misma resistencia. En su trayectoria académica ha logrado
establecer una gramática propia caracterizada por la creatividad analítica y la
riguridad ensayística. No se exagera al señalar que la escritura de Kraniauskas
se alimenta de cruces teóricos inadvertidos así como también de lecturas
emergentes o en proceso de prueba. Más allá de las certezas escriturales,
su propuesta analítica se basa en juegos de sentidos que confían en la teoría
sin más. En otros términos, su rol ha sido alimentar el potencial de la teoría en
la escritura.
Capitalism
and Its Discontents: Power and Accumulation in Latin-American Culture es un buen ejemplo de aquello.
Publicado originalmente en español por la Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales de México en 2012 –cuyo título fue Políticas Literarias: poder y
acumulación en la literatura y el cine latinoamericano–, el libro se
compone de catorce ensayos publicados anteriormente en revistas como Journal
of Latin American Cultural Studies, Radical Philosophy, y la extinta Revista
de Crítica Cultural de Chile, así como también en compilaciones o libros
editados en Europa y América Latina. Concebido como una reconstitución de
escena a través de ensayos escritos durante veinte años de trabajo intelectual,
este libro puede leerse como una propuesta orgánica y, al mismo tiempo,
plástica, es decir, un material nuevo gracias a una fusión impensada y estructurada
en tres partes.
En la primera
de ellas se establece una afinidad electiva entre Walter Benjamin y la
historia/producción cultural latinoamericana. Como una caja de herramientas
teóricas, la obra fragmentaria de Benjamin se inyecta como un insumo crítico
para pensar el capitalismo emergente en relación con el
imperialismo/colonialismo en América Latina. Efectivamente, a partir del pasaje
onírico sobre México que Benjamin escribe en Dirección Única,
Kraniauskas despliega una de sus primeras especulaciones, a saber: las aristas
reflexivas del “inconsciente colonial” (p. 36) de los siglos XIX y XX son insumos
clave para pensar el despojo y la imposición capitalista en América Latina. A partir
de la producción intelectual de José Carlos Mariátegui y José María Arguedas,
el autor extiende los hilos sangrientos de la historia del capital en la
región. Y lo hace desde la noción de “acumulación originaria” que Marx acuñaría
para referirse a cómo este, en su faceta directamente violenta, se presenta
como algo preexistente (socialmente) y dispuesto (libremente) para ser
productivizado por el trabajo. Desde este punto de partida, los textos culturales
de Mariátegui y Arguedas sirven para discutir las facetas del desarrollo en
América Latina, es decir, las formas contradictorias –dramáticas, polémicas, ilusorias–
de su proyecto ilustrado. Los sonidos, paisajes, cuerpos e imágenes que ambos
intelectuales despliegan en sus obras sirven como insumos poéticoteóricos para
Kraniauskas. En otros términos, para exponer los relatos violentos de la
acumulación “originaria” en América Latina, estos materiales artísticos sirven para
explorar, como una visualizacióntextual, la experiencia cultural (emergente) del
capitalismo.
Si la primera
parte de Capitalism and Its Discontents administra el ejercicio
teóricocrítico a partir del detalle inesperado o desde la cita artística
inadvertida, la segunda parte del libro se introduce en las filtraciones de lo
político en América Latina. Aquí los ingredientes utilizados provienen de
obras-paisajes nacionales de Guatemala, Paraguay, México y Argentina (y un
condimento final norteamericano), donde la figura del Estado-nación juega un
papel clave en la ebullición, trayectoria y “maldoblestar” (p. 84) de los
fenómenos históricos de la región. Es especialmente en esta última noción donde
Kraniauskas se enfoca. Para él, el maldoblestar se manifestaría en la
dialéctica entre la autonomía estética y la dependencia política, entre
discursos literarios, audiovisuales y decisiones de Estado (mayormente, uno
dictatorial). Este mal-doblestar –un malestar fáctico que se vivencia
tanto objetiva como subjetivamente– se pone en práctica, entonces, entre lo
literario y lo político. Así, por ejemplo, a partir de la novela “El señor
presidente” de Asturias, Kraniauskas ahonda en cómo, a través de las
experiencias del despojo, el control y la capitalización (todos elementos de la
acumulación originaria), el Estado burgués se territorializa en su intento por
su consolidación y nacionalización. Por otro lado, a partir de la novela Yo
el supremo de Augusto Roa Bastos, el libro discute cómo se construye la
problemática políticocultural de la literatura latinoamericana en su forma
estatal. Efectivamente, el dictador no escribiría la historia, sino que la
dicta: la hace y la habla, la hace al hablar. Algo similar ocurre tanto
con la obra del mexicano José Revueltas El apando como con El fiord de
Osvaldo Lamborghini. En la primera –escrita desde la reclusión del autor en la
prisión de Lecumberri– se trazan preguntas sobre la libertad (la lucha por la
des-enajenación) y la “geometría enajenada”, esa disciplina carcelaria que
implica una radical sujeción por parte del Estado. En la segunda, Kraniauskas
sugiere que esta pornonovela se propone, desde un ataque literario (y sexual),
reflejar la crisis política del Estado argentino bajo la figura de Eva Perón.
Como una interrupción poético-literaria-porno, “El fiord” funciona como un
melodrama crítico para pensar los discursos, deseos e imaginarios (televisivos,
espectaculares) de la razón (política) sentimental que la Argentina ha
construido sobre Eva Perón.
El penúltimo
ensayo de esta segunda parte se titula “Proximidad crítica: las crónicas-ensayos
de Carlos Monsiváis”. En él, Kraniauskas elabora un reconocimiento biográfico-intelectual
al escritor mexicano y despliega ideas y paisajes analíticos como si fueran
apuntes rápidos luego de una larga conversación conjunta. Conocido por su dedicación
analítica a la creatividad popular del México posrevolucionario, Monsiváis puede
leerse como un cronista atento de lo sucio, de lo barrial, de lo vagabundo.
Para Kraniauskas, el ejercicio-amor analítico por el fragmento o el detalle
popular (el humor, el cantinfleo) puede nombrarse como una “postura de
proximidad extrema” (p. 165). Así como las industrias culturales y el Estado
(PRI) jugaron un papel fundamental para el escenario experiencial popular
mexicano, los melodramas hacen lo propio para los análisis de Monsiváis: ellos
ofrecen conexiones iluminadoras y provocadoras entre los detalles –por ejemplo,
del corazón, del dicho popular– y las cuestiones históricas y políticas más amplias
de la sociedad.
La tercera
sección del libro pone en obra ese ejercicio de proximidad extrema con el cine de
Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu. En ambos casos se tematizan los
efectos que el capitalismo transnacional contemporáneo ha ejercido sobre los cuerpos,
tecnologías, tiempos y deseos de los habitantes urbanos de Latinoamérica, así
como también la subyugación al trabajo radical (la subjetivación violenta de
cuerpos y vidas al dominio del capital). Al crear un nuevo sujeto
económico-político, esta acumulación originaria emergente sería un nuevo
despojo, ya no territorial ni a sangre y fuego, sino cotidiano. Esto es
especialmente observable en la película Amores Perros de González
Iñárritu. Al igual que la tradición muralista mexicana, Kraniauskas entiende las
tres partes de la película como paneles cinemáticos. En otros términos, cada parte
de la película ofrece una totalización económica de lo social, donde la
mercancía y el dinero “teatraliza una fenomenología del capitalismo
contemporáneo en América Latina” (p. 228). En síntesis, el dinero –en su deseo
y acumulación– ha producido una hibridez cultural que ha mercantilizado la totalidad
social: ha reemplazado lo público por lo transable o el espacio común
por el deseo (pos)moderno mercantil.
De esta
forma, Capitalism and Its Discontents cierra sus lecturas
teórico-literarias preguntándose por cuál es el potencial de lo
político-crítico –desde y con la Carta abierta de un escritor a la Junta
Militar de Rodolfo Walsh– en el escenario actual. Su respuesta es que
aquello no es posible desde una política literaria (estatal) o una política
cultural gubernamental, sino desde el despliegue de un cuerpo teórico-crítico otro,
impensado, radical. Pensado como un complemento a Capitalism and Its Discontents,
Políticas culturales. Acumulación, desarrollo y crítica cultural (publicado
en 2015) intenta aportar en esa dirección. En él Kraniauskas señala que la idea
de “política” en el título de ambos volúmenes no se refiere a las políticas
públicas relativas a cuestiones culturales –por ejemplo, la administración de
centros culturales o las políticas de acceso a las artes, lo que en inglés se
conoce como cultural policy–, “sino a las políticas explícitas e
implícitas de las teorías o conceptos discutidos” (p. 10). En efecto, en Políticas
Culturales Kraniauskas se aboca a problematizar la transnacionalización de
los estudios culturales –y su vertiente populista– así como también el papel
político-cultural que han ocupado conceptos como el de hibridez y
transculturación en la sociedad Latinoamericana. En sus seis artículos, publicados
anteriormente en Radical Philosophy, Neplanta y Boundary 2,
el libro explora los conceptos de desarrollo, imperio y populismo desde el
postmarxismo de Ernesto Laclau (a quien además se rinde un homenaje al final),
con el objetivo de pensar lo político en el presente neoliberal. Así,
junto con repensar los desplazamientos históricos y estéticos de la producción cultural
en la región durante el siglo XX y el presente, Kraniauskas vuelve a tematizar sus
impresiones sobre los paisajes del despojo actual que la sobre-determinación de
lo económico ha hecho en la experiencia contemporánea. A los conceptos fundamentales
trabajados a lo largo de sus libros –acumulación originaria, hibridez, transculturación,
etc.–, Kraniauskas agrega en este otros pertinentes para pensar el presente:
(neo)cosmopolitismo, multitud, biopolítica, etc. en clave latinoamericana. Y lo
hace introduciendo fragmentos teóricos de Benjamin, Deleuze, Adorno, Laclau, Derrida
(y otros) en materiales culturales latinoamericanos, pero, al mismo tiempo, introduciendo
materiales culturales latinoamericanos en las ideas de Benjamin, Deleuze,
Adorno, Laclau, Derrida (y otros).
Capitalism
and Its Discontents y
Políticas Culturales son libros que, al igual que Crítica y Política de
Nelly Richard, creen/ confían en la capacidad de la teoría para pensar los
fragmentos-detalles culturales. De hecho, Kraniauskas cuida en su obra cada
centímetro de la gramática teórica. Al advertir que sus interrupciones argumentativas
son presentadas en múltiples corchetes o paréntesis, sus ideas parecen
permanentes líneas de fugas o una biblioteca aparentemente abierta, sin códigos
organizativos. Sin embargo, en cada párrafo hay constelaciones poéticocrítico- teóricas
precisas. Quizá sea ahí justamente donde su trabajo ofrezca su mayor valor:
proporciona textos que prometen –y promueven en cada lector/ estudiante– un
permanente ejercicio de inconsciente poético-teórico. Es decir, nos exige
buscar, desde el pensar teórico, dimensiones y fragmentos del presente que
pasan desapercibidos al ojo consciente o educado en la tradición actual del
dato cultural. Así como un flâneur, Kraniauskas percibe lo que otros no
ven y luego narra lo oculto –lo insospechado– tanto en la escritura como en la
conversación.