Ryan Saylor (2014): State Building in Boom Times:
Commodities and Coalitions in Latin America and Africa
Nueva York: Oxford University Press, 256 p.
Reseñado por Emilia Seissus Ercilla
Pontificia Universidad Católica de Chile
En el mundo no europeo existen grandes diferencias en la capacidad
del Estado, entendida como la práctica de penetrar en la sociedad a
partir de la extracción de recursos, el ejercicio de la coerción y/o
el desarrollo de la autoridad. Estas diferencias pueden ser
dilucidadas por variadas razones que no se encuentran del todo
identificadas y que influyeron en la construcción del Estado. Una de
las posibles explicaciones la entrega el enfoque belicista: la
guerra habría ayudado a la construcción del Estado debido a la
necesidad de generar recursos.
En Latinoamérica, Centeno (1997) plantea que la guerra no
contribuiría al desarrollo institucional, ya que el financiamiento
se daría principalmente a partir de capital extranjero y préstamos.
Por otro lado, el imperativo de ingresos —la necesidad del Estado de
mantenerse a sí mismo a partir de la generación de impuestos—, si
bien es un motivo de construcción del Estado, no sería el principal
en estos países, ya que el exceso de recursos naturales dificultaría
la diversificación de las políticas impositivas.
Es en este contexto en el cual Saylor trata de encontrar una
explicación alternativa que permita advertir las diferencias en
capacidad estatal entre los países. Para lograrlo realiza un
análisis histórico comparado con seis casos, estos son países
exportadores en tiempos de auge de los precios de los recursos
primarios a nivel internacional. Los casos debían estar orientados a
la producción de recursos durante el colonialismo, ser sensibles a
las oportunidades económicas relacionadas a los auges de los
precios, estar escasamente institucionalizados y exhibir baja
capacidad estatal en general.
El análisis se enfoca en cómo el auge puede motivar a los actores
sociales a presionar a los estados por nuevos bienes públicos e
instituciones más fuertes. Siendo la variable independiente la
composición de la coalición política. Si esta incluye a los
exportadores afectados por el auge, el Estado tenderá a proveer
mayores bienes y servicios públicos que ayuden a ese sector
económico generando a largo plazo un aumento de la capacidad
estatal. En el caso contrario, cuando los exportadores son excluidos
de la coalición gobernante, el auge no generará un cambio en la
construcción del Estado.
De los países analizados, tres de ellos son casos exitosos donde
aumentó la capacidad estatal posterior al auge; estos son: Chile,
Argentina y Mauricio. La capacidad estatal será mayor a medida que
el enriquecimiento sea dual y afecte tanto a individuos
pertenecientes al gobierno como foráneos a este. Por otro lado, los
tres países restantes no fueron capaces de aprovechar la oportunidad
dada por el aumento de los precios al excluir a los exportadores:
Colombia, Ghana y Nigeria.
Lo novedoso del análisis de Saylor es que se realiza desde el punto
de vista de la demanda, es decir, se centra en la construcción del
Estado a partir de aquellos elementos que son exigidos por los
actores sociales. Esto significa un cambio de foco en la
investigación sobre esta temática, la cual ha sido mirada
principalmente desde la oferta, entendiendo que es el Estado quien
decide proveer bienes y servicios a la sociedad civil.
La capacidad estatal es medida por el autor a partir de los
siguientes indicadores: la pacificación del territorio como muestra
de poder coercitivo; la densidad de las vías férreas entendida como
aproximación a la logística de infraestructura disponible; y el
acceso a crédito que tienen los exportadores en tanto clima de
inversión.
El libro comienza contextualizando las teorías acerca de la
construcción del estado, luego explica las características comunes y
distintas de los casos elegidos, y a continuación analiza
detalladamente el desarrollo del auge del precio del recurso que
afecto a cada país en particular. Por último, termina realizando una
conclusión acerca de los elementos comunes, divergentes y las
implicancias en políticas públicas que tiene la investigación.
Un elemento positivo del libro es que se hace cargo de revisar los
casos de Chile y Mauricio. Ambos países son vistos como excepciones
por la literatura en tanto que no encajan en la “maldición” de los
recursos naturales al tener una capacidad estatal mayor de la
esperada. La explicación dada por Saylor muestra que estos tienen en
común que el auge de los precios de los bienes exportados generó un
aumento de la capacidad estatal a partir de la provisión de nuevos
bienes públicos. También explica que el Estado tenga mayor fuerza en
Chile que en Mauricio a partir de las características particulares
de la coalición política gobernando en cada uno de los países en el
momento del auge. Mientras que en el caso chileno (al igual que el
argentino) se generó un enriquecimiento dual que provocó que la
élite estatal sintiera amenazado su poder, lo que desencadenó en un
aumento del control a nivel local. En Mauricio, el enriquecimiento
debido al auge fue casi exclusivo de la elite gubernamental. De esta
manera, el gobierno buscó beneficiar a los exportadores generando
mayor infraestructura y acceso al crédito, pero no se preocupó de
fortalecer las instituciones regionales.
Saylor se preocupa de mostrar que composición de la coalición
gobernante sería el elemento central que llevó a la construcción del
Estado. Para esto, en cada uno de los casos específica por qué otros
factores, que la literatura ha determinado como relevantes, no lo
serían. Uno de estos factores es el nivel de fragmentación étnica,
el cual para los casos de Chile y Argentina tiene escaza relevancia,
ya que en ambos la pacificación del territorio fue tan brutal que la
población indígena dejó de tener importancia en términos políticos.
No es tan evidente el por qué este no sería un elemento que
dificulte la construcción del Estado en países donde no se logró
aumentar la capacidad estatal y, a la vez, tienen alta
fragmentación. Saylor plantea que, si bien la fragmentación étnica
en Colombia era mayor que la media, no se encuentra altamente
politizada. Ahora bien, no se detiene a explicar el por qué es capaz
de afirmar esto.
Sin embargo, Colombia parece ser el único país para el cual la
explicación acerca del nivel de fragmentación étnica no es
suficiente. En Ghana, si bien existe fragmentación los exportadores
pertenecían casi todos al mismo grupo étnico, en el de Nigeria se
observó un cierto nivel de movilización social que mostraría que la
fragmentación étnica no era determinante a la hora de organizarse.
Por último, en Mauricio se observó que la provisión de bienes
públicos por parte del Estado siguió a pesar del aumento de la
diversidad étnica en el país.
Para finalizar, es posible plantear que Saylor realiza un análisis
comparado bastante acabado donde explica cómo la composición de la
coalición política del Estado a partir de la provisión de nuevos
bienes públicos ayudó a aumentar la capacidad de este. Esto se debió
a que el auge de los productos exportados puso en jaque el poder
económico y político existente. Ahora bien, dentro de los casos
exitosos como son Chile, Argentina y Mauricio se observa que si bien
tienen elementos comunes la construcción del estado fue
cualitativamente diferente. El auge de los recursos parece ser una
nueva forma de mirar la influencia de los países exportadores de
bienes primarios en la construcción del Estado, que ya no se
encuentra centrada en ver a estos cómo una maldición. Así, se vuelve
relevante aplicar esta teoría a otros países para ser capaz de
deslumbrar si los resultados exitosos aquí encontrados son más que
meras excepciones.
Bibliografía
Centeno, M. A. (1997). Blood and Debt: War and Taxation in
Nineteenth-Century Latin America. American Journal of Sociology,
102(6), 1565-1605.