Boaventura de Sousa Santos:

Refundación del Estado en América Latina –  Perspectivas desde una epistemología del Sur

Plural Editores, CESU-UMSS, La Paz/Bolivia: Julio 2010, 178 páginas

Reseña: María José Muñoz C.

 


Con el fin de dar cuerpo científico a su solidaridad con los procesos de transformación en América Latina, Boaventura de Sousa Santos publica en 2010 el libro Refundación del Estado en América Latina - Perspectivas desde una epistemología del Sur. El sociólogo portugués, autor de más de cuarenta libros y numerosos artículos en varios idiomas, es considerado actualmente uno de los intelectuales más reconocidos por sus ideas “emancipadoras e innovadoras” (J. Luis Exeni, investigador boliviano). Como un acto de complicidad con las políticas de cambio de los gobiernos de la región, el autor sugiere: no reformar, ni modernizar, ni retornar al Estado sino refundarlo. Santos promete explicar este complejo proceso en una obra de 180 páginas.

El libro está dividido en dos partes, de tres y cuatro capítulos cada una. La primera discute planteamientos teóricos, mientras la segunda realiza un análisis de los fenómenos actuales -principalmente en Bolivia y Ecuador-, reconociendo múltiples dificultades y reflexionando en torno a ellas. El autor parte de la idea de que los procesos de transición -y posterior refundación- por los que están atravesando estos dos países pueden tener una importancia regional e incluso mundial. En este marco explica que “ya no se buscan alternativas, sino pensamientos alternativos a las alternativas” (42). Ante este panorama destaca la necesidad de nuevas herramientas analíticas y metodológicas; en este marco sugiere la Epistemología desde el Sur.

El primer capítulo del libro analiza críticamente la estructura del capitalismo, como resultado del colonialismo que perdura desde hace siglos. Sugiere diferentes vías para poner fin a ambos fenómenos y critica que en los debates actuales estos temas se discutan como una historia sin fin.

Consciente de las dificultades que tiene acabar con sistemas hegemónicos, el segundo capítulo sugiere “Tomar distancia en relación a la tradición crítica eurocéntrica”, planteando la existencia de problemas modernos ante los que destaca la carencia de soluciones modernas (31). Para comprender las necesidades actuales Santos sugiere dos tipos de sociologías: la de las ausencias y la de las emergencias. La primera pretende abarcar lo que ha sido negado e ignorado, definido como “no existente”. Mientras la sociología de las emergencias “consiste en la investigación de las alternativas que caben en el horizonte de las posibilidades concretas” (P.38). Ambas definen la distancia en relación con la tradición crítica de occidente; a partir de ellas es posible trazar una alternativa denominada Epistemología desde el Sur. (40)

Una epistemología del Sur ha sido desarrollada de manera amplia en la obra con el mismo nombre (México, Ed. Siglo XXI, 2009). Sin embargo, en el libro aquí reseñado el autor describe únicamente las premisas centrales del concepto de su anterior trabajo. Partiendo de una definición conceptual, Santos considera que la idea del Sur no se limita según un criterio geográfico sino que es también una metáfora que refleja el padecimiento de masas en una realidad global definida por el capitalismo y el colonialismo. “Es un Sur que existe también en el Norte global” (41) asegura el autor, recordando a los marginados que viven en los centros económicos globales. Una epistemología que emerja desde ese Sur debe basarse en la ecología de saberes y la traducción intercultural. La primera parte de la premisa de que no hay ignorancia o conocimiento en general: “Toda ignorancia es ignorante de un cierto conocimiento y todo el conocimiento es el triunfo de una ignorancia en particular” (42). La traducción intelectual pretende posibilitar el entendimiento recíproco entre la amplia variedad de experiencias del mundo, tanto las disponibles como las posibles. En este punto el autor nombra ejemplos de luchas sociales de diferentes lugares y explica las relaciones que puede haber entre ellas a partir de la traducción intelectual. Sin embargo no queda claro cómo la traducción intelectual puede llevarse a cabo en un mundo donde el conocimiento y su manejo reflejan las estructuras hegemónicas de poder.

En la segunda parte se analiza la transición y refundación estatal en América Latina, con especial interés en el proceso de Ecuador y Bolivia. El cuarto capítulo del libro contextualiza la realidad latinoamericana, que según el autor está definida por cuatro dimensiones principales: las luchas, la acumulación, la hegemonía y el debate civilizatorio.

El capítulo seis, el más extenso del libro, se titula “La fundación del Estado y los falsos positivos” y analiza, en primer lugar, la naturaleza del Estado comparándola con una “Estado-comunidad-ilusoria” (72). Continúa con lo que el autor define como “La refundación del Estado: las venas cerradas”. Con este subtítulo pareciera que el autor quiere dar a entender que la agonizante Latinoamérica descrita por Galeano trata de sanar sus heridas buscando su propio camino. Santos analiza los procesos de luchas sociales en Bolivia y Ecuador a partir de la década del 2000, mostrando el “trasfondo” de lo que él define como proceso de transición y refundación. En ambos casos, la convocatoria a la asamblea constituyente -en Bolivia 2006 y en Ecuador 2007- marca para el autor el inicio de un proceso de transformación del proyecto de nación. Ambos procesos tienen características propias, pero presentan amplias convergencias. El reconocimiento y la auto denominación de Bolivia y Ecuador como “Estados plurinacionales” (véase primer artículo de ambas CPE, p. 105) demuestran que el reconocimiento de la diversidad de identidades culturales de cada país toma un lugar central en el debate político. Sin embargo estas denominaciones tienen complejas implicaciones, como ser la redefinición del control sobre los recursos naturales y/o el territorio. Si bien este es tan sólo un ejemplo, Santos analiza brevemente -casi enlistando- algunas de las implicaciones, dificultades e interrogantes que surgen en los diferentes niveles del Estado tras la implementación de la-s nueva-s Constitución-es: “La nueva institucionalidad”, “El pluralismo jurídico”, “La nueva territorialidad”, “La democracia intercultural”, las reflexiones en torno a las posibles “Representaciones del mestizaje”, “El rol de las mujeres” como actoras centrales de este cambio y “La educación” como herramienta para asegurar las sostenibilidad del cambio son algunos de los temas centrales que el autor tematiza en subcapítulos de tres a cinco páginas cada uno. Concluye este amplio capítulo planteando que en ambos países la puesta en vigencia de la nueva Carta Magna tiene como resultado un Estado experimental, cuyo éxito o fracaso dependerá de la eficacia política de los gobiernos para desarrollar los cambios.

El último capítulo titula “La reconfiguración del campo político: nuevas fracturas, dualidades y oportunidades”. Según Santos el proceso de reconfiguración es profundamente complejo y, a la vez, domina cierta ambigüedad en torno al proyecto de país que se pretende alcanzar. En este marco hace referencia a los conflictos entre los indígenas y el gobierno de Ecuador, mostrando así la tensa interacción -con aciertos y errores- entre importantes actores durante el proceso de transición.

Las conclusiones sugieren tres desafíos centrales en el marco de la refundación del Estado: Des-mercantilizar el pensamiento de la naturalización del capitalismo, Democratizar, a través de des-pensar la naturalización de la democracia liberal-representativa y de legitimar una diversidad democrática y, por último, Descolonizar la naturalización del racismo. Plantea que los desafíos no son únicamente a nivel nacional, sino que también implican nuevas estructuras de integración e interacción regional. Santos reconoce en el proceso los diferentes ejes de conflictividad -étnicos, regionales, clasistas, culturales- y sostiene que el largo aliento que tenga la transición dependerá del buen o mal manejo de los conflictos.

El propio autor explica que su análisis es en tiempo real, por lo que se trata de una obra que aún hoy está en proceso de construcción. Los procesos no han concluido y todavía tienen vasto andar por delante. El análisis sugiere elementos importantes para comprender el trasfondo del cambio, y a pesar de las múltiples dificultades el autor se muestra bastante optimista. A poco más de un año de la publicación de este libro las realidades de ambos países han atravesado por trascendentales cambios. Una segunda edición de la obra –propuesta por el propio autor en las primeras páginas- resultaría interesante para identificar de qué manera el sociólogo portugués re-interpreta las trasformaciones y mantiene -o no- su optimismo.

Sin embargo, tras vivir y seguir de cerca el proceso en Bolivia puedo reconocer que el libro tiene tres debilidades. El primer problema es la superficialidad con la que se analizan temas sumamente complejos. Santos aglutina numerosas problemáticas, diversas luchas, procesos de largo y corto aliento en lo que denomina como la transición. En este marco el autor tiende incluso a reproducir acríticamente el discurso político de los gobiernos (73, 85, 107, entre otras). La argumentación omite debates importantes, tanto en el marco académico como en el político, e idealiza los procesos con una singular habilidad en el manejo del lenguaje, logrando engatusar al lector.

La segunda carencia -igual que la tercera- es consecuencia de la superficialidad anteriormente mencionada. La falta de contextualización histórica impide al lector contar con elementos necesarios para adentrarse en el debate de los procesos de transformación. Se analizan parcialmente las movilizaciones indígenas a partir del año 2000, omitiendo así el despertar indígena de principios de la década del ‘90 en el marco de la conmemoración de los 500 años de la Conquista. Este contexto es significativo, al ser la primera vez que la realidad de los indígenas se discute en la agenda internacional. Los noventa marcan el inicio del debate de muchos temas que Santos trata en su libro. Incluso la denominación de Bolivia como “República Multiétnica y Pluricultural” tiene lugar casi quince años antes del gobierno de Morales. Con esto no se trata de restarle importancia al proceso descrito por Santos, sino de destacar la falta de profundidad en el análisis de las raíces históricas del llamado proceso de cambio. La falta de referencias precisas -citas o datos bibliográficos- es un elemento que llama la atención, poniendo así en duda la calidad y legitimidad de los argumentos.

La tercera debilidad de la obra es la homogenización en torno a lo indígena. Constantemente se hace referencia al movimiento indígena como un cuerpo homogéneo e incluso monolítico. Es imprescindible explicar -o al menos mencionar- la heterogeneidad de los movimientos indígenas. Más aún si el discurso en torno a lo indígena se transforma en la bandera para ejercer el cambio. Tanto Bolivia como Ecuador cuentan con una treintena de pueblos y naciones indígenas; con realidades, urgencias y exigencias muy distintas. Esta diversidad cultural, transformada en Plurinacionalidad a partir de la nueva CPE, se ha traducido al menos para el gobierno de Morales en un indiscutible obstáculo. Una prueba de ello es el reciente conflicto en torno al TIPNIS[1], que confronta al país con su propio proceso y abre el debate en torno a la denominación indígena y lo que ello verdaderamente implica. En este marco, la imparcialidad del gobierno conlleva al rotundo rechazo por parte de los indígenas de tierras bajas -aquellos mismos que iniciaron la reivindicación en la década de 1990-, quienes identifican a Morales y al MAS como traidores al verdadero proceso de cambio.[2] Con esto se evidencia la complejidad que surge de las diferencias de los movimientos indígenas en el marco de los procesos de cambio.

A pesar de las debilidades de la obra de Santos, la lectura de ella puede resultar útil si se busca obtener un panorama introductorio al tema y se tiene interés en una breve descripción de los procesos de transformación. Tiene un claro hilo conductor, el lenguaje es inteligible y se utilizan diversos recursos literarios, que hacen amena y fácil su lectura.

 



[1] Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure

[2]www.erbol.com.bo/indigena/noticia.php?identificador=2147483953260 (16.12.2011)