Edelberto Torres-Rivas y los estudios centroamericanos


Obra reseñada por Alexandra Ortiz Wallner

ZI Lateinamerika-Institut, Freie Universität Berlin


Luego de la gran atención internacional que mereció Centroamérica en el contexto de sus guerras civiles y la revolución sandinista durante las décadas de 1970 y 1980, a la que se unió un movimiento de solidaridad —de gran alcance internacional— que se volcó por completo sobre tres de los países de la región (Guatemala, El Salvador y Nicaragua), esta pasó en la década siguiente rápidamente al olvido de los intereses políticos, económicos y académicos internacionales que se habían fijado en y sobre ella. Muchos intelectuales, analistas y académicos se refirieron a esa década como la década perdida para Centroamérica, en alusión a la herencia de los conflictos armados y el paisaje de destrucción, miseria y división interna que dominaba en aquel momento: el sandinismo era derrotado en las elecciones de 1990 en Nicaragua y se iniciaban las negociaciones de los acuerdos de paz que finalmente se firmarían en 1992 en El Salvador y en 1996 en Guatemala.


El sociólogo y analista guatemalteco Edelberto Torres-Rivas resumía la situación hacia 1987 en su libro Centroamérica: la democracia posible describiendo la crisis política que vivía la región como una profunda escisión en las estructuras de poder y económicas, resultado de dos procesos: “(…) la vieja crisis oligárquica no resuelta por la vía de la plena renovación burguesa y, (…) una crisis del orden capitalista en general, producto de las formas de la lucha de la participación popular y, con ellas, la respuesta estatal” (1987: 49). Esta idea comprende varias de las claves que han caracterizado el pensamiento de este científico social, el más destacado del istmo centroamericano en la segunda mitad del siglo XX. En ella, Torres-Rivas alude a los procesos que distinguen en el istmo a unos países de otros, por ejemplo, el caso de Costa Rica frente al de Guatemala y El Salvador, así como el de todos estos frente al de Nicaragua. Sin embargo, insiste en que existe la coincidencia de “situaciones relativamente homogéneas desde el punto de vista de la constitución de estas sociedades” (1987: 57), las cuales se han ido diferenciando en el transcurso del tiempo. Los procesos revolucionarios centroamericanos constituyen una de estas fases diferenciadoras, así como las lógicas y la naturaleza del poder oligárquico instalado desde la época colonial corresponden a los vasos comunicantes que unen al istmo bajo destinos comunes.


De esta manera, y tal como también había sido postulado por el escritor Sergio Ramírez en su hoy ya clásico ensayo “Balcanes y volcanes. Aproximaciones al proceso cultural contemporáneo centroamericano” (1973, 1975) y en su “Introducción” a la Antología del cuento centroamericano (1973), la compresión de una región tan fragmentada y compleja como la centroamericana solamente puede darse al reconocer simultáneamente sus particularidades locales y nacionales y sus coincidencias y espacios comunes como unidad regional. Sin dejar de indagar en las estructuras político-económicas y socio-históricas de cada Estado-nación centroamericano, tanto Torres-Rivas como Ramírez apelaron desde muy temprano a una perspectiva comprensiva de la región, una que tomara en cuenta los procesos históricos comunes en la larga duración —la experiencia colonial, la condición periférica, las reformas liberales y los respectivos procesos de invención de las naciones, por ejemplo— como procesos transnacionales y transregionales. Los actuales estudios centroamericanos son, sin lugar a duda, deudores de esta perspectiva no excluyente de los procesos políticos, histórico-sociales y finalmente también culturales que preocuparon tanto a Torres-Rivas como a Ramírez esos años. Consecuente con esta perspectiva, Torres-Rivas inició uno de los proyectos pioneros del pensamiento centroamericano en la segunda mitad del siglo XX: la Historia General de Centroamérica, un proyecto monumental que él coordinó y que se concretizó con la publicación de seis tomos en 1993. Casi una década después, un grupo de investigadores centroamericanistas especializados en estudios literarios y culturales iniciamos, en gran parte inspirados en la Historia General y bajo la coordinación de Werner Mackenbach, el proyecto internacional de investigación Hacia una historia de las literaturas centroamericanas, del cual han sido publicados hasta el momento tres tomos (2008, 2009, 2012).


En consonancia con los cambios de carácter social, inmersos en el contexto de las transiciones democráticas y procesos de paz que se vivieron en Centroamérica durante los últimos diez años del siglo XX, el pensamiento de Torres-Rivas continuó indagando y desafiando la comprensión de lo que estaba marcando el presente centroamericano. Así, más de una década después de su libro Centroamérica: la democracia posible, postula en su obra editada Democracia y violencia política que tanto los países del Cono Sur como los centroamericanos “experimentaron de manera reiterada el terror contrainsurgente y el de la resistencia popular (…) en la figura que produce la mayor inseguridad y el mayor dolor: el desaparecido” (1998: 16); una idea que, para ese momento, incluía todas las dimensiones de los debates que se desataron en el Cono Sur, en sus respectivas transiciones fuera de las dictaduras, con respecto a la herencia del autoritarismo y las violaciones de los derechos humanos. Incluir la figura del desaparecido en su reflexión histórico-sociológica y al hacerlo incorporar en ella el destino centroamericano constituyó en aquel momento reubicar a Centroamérica en una historia de la impunidad y de la injusticia mucho mayor que la que había sido concebida hasta entonces al interno de las fronteras nacionales o regionales. Con ella además, Torres-Rivas profundizaba en otro de los grandes temas que ha sido eje de su pensamiento crítico: la violencia en su forma estructural y sus derivaciones y efectos sobre las sociedades centroamericanas tanto antes como después de las guerras y la revolución.


A partir del cambio de siglo, a Torres-Rivas no le queda duda de que la democratización, los derechos humanos, pero también la desigualdad y una modernización asimétrica e inconclusa continúan siendo factores que marcan los desafíos estructurales para toda la región. El pensamiento de Edelberto Torres-Rivas, aunque basado en un clásico análisis sociológico, se ha ocupado a lo largo de las décadas de destacar una interpretación histórico-social de su país, Guatemala, y de toda la región, sirviéndose de la forma ensayística en sus muy diversas variantes (un aspecto formal que lo distingue de la mayoría de los científicos sociales), que van desde el ensayo científico-académico hasta el ensayo más personal e íntimo (especialmente en años más recientes como se evidencia en Revoluciones sin cambios revolucionarios 2011, 2013). Sus interpretaciones de nuestra historia reciente son a la vez lecturas críticas y polémicas del pasado (reciente y lejano), siempre marcadas por indagaciones sobre la violencia (en el caso de Guatemala con especial interés por el racismo y la etnicidad), el poder oligárquico y las lógicas propias de los espacios nacionales y del regional.


Gracias a la amplia recepción de la obra de Torres-Rivas en toda la región (que no la ha eximido de críticas y polémicas), deudora tanto de sus múltiples exilios como del cultivo de amistades y de un sinnúmero de alumnos que han ido quedando en cada uno de los países centroamericanos, su legado y su compromiso con el estudio profundo y crítico de la política y la historia social centroamericanas han contribuido a que el conocimiento de y sobre la región haya finalmente empezado a ocupar un lugar propio dentro y fuera de sus fronteras. En realidad, uno de los aspectos más relevantes, como lo mencionara alguna vez el historiador costarricense Víctor Hugo Acuña, ha sido el cambio en la autopercepción que los actores, en tanto centroamericanos, finalmente nos planteamos como miembros activos de la sociedad global y no víctimas de un tercer mundo bananero. Ciertas tendencias del pensamiento centroamericano del siglo XXI, en gran medida como herencias o en debate crítico con una obra de la magnitud de la de Edelberto Torres-Rivas, comprendieron algo fundamental: es necesario producir pensamiento desde ese lugar de enunciación que es Centroamérica; y es necesario también crear las condiciones para que este se inscriba adecuadamente en la trama social y, simultáneamente, trascienda las fronteras nacionales.



Bibliografía


Cortez, Beatriz, Ortiz Wallner, Alexandra y Ríos Quesada, Verónica (eds.) (2012): (Per)Versiones de la modernidad. Literaturas, identidades y desplazamientos – Tomo III. Hacia una Historia de las Literaturas Centroamericanas. Guatemala: F&G Editores.


Grinberg Pla, Valeria y Ricardo Roque-Baldovinos (eds.) (2009): Tensiones de la modernidad: Del modernismo al realismo – Tomo II. Hacia una Historia de las Literaturas Centroamericanas. Guatemala: F&G Editores.


Mackenbach, Werner (ed.) (2008): Intersecciones y transgresiones. Propuestas para una historiografía literaria en Centroamérica – Tomo I. Hacia una Historia de las Literaturas Centroamericanas. Guatemala: F&G Editores.


Ramírez, Sergio (ed.) (1973): Antología del cuento centroamericano. Selección, edición e introducción de Sergio Ramírez. San José: EDUCA.


Ramírez, Sergio (1975): “Balcanes y volcanes. Aproximaciones al proceso cultural contemporáneo centroamericano”, en: Torres-Rivas, Edelberto (ed.). Centroamérica hoy. México: Siglo XXI, 1975.


Torres-Rivas, Edelberto (1987): Centroamérica: la democracia posible. San José: EDUCA/FLACSO.


Torres-Rivas, Edelberto y Gabriel Aguilera (1998): Del autoritarismo a la paz. Guatemala: FLACSO.


Torres-Rivas, Edelberto (ed.) (1998): Democracia y violencia política. Cuadernos de Ciencias Sociales. San José: FLACSO.


Torres-Rivas, Edelberto. La metáfora de una sociedad que se castiga a sí misma. Acerca del conflicto armado y sus consecuencias. Avance de Investigación, s.l., s.e., 2001.


Torres-Rivas, Edelberto. Revoluciones sin cambios revolucionarios. Guatemala: F&G Editores, 2011.